lunes, 22 de noviembre de 2010

Colonización

Colonización de los Estados Unidos

En 1607 un grupo de colonizadores ingleses construyó una diminuta aldea en Jamestown, Virginia. Portadores de una cédula del Rey Jaime I de Inglaterra, fundaron la primera colonia y los primeros siete meses después de su arribo. Pero la colonia con el tiempo creció y prosperó. Los virginianos descubrieron la forma de ganar dinero con el cultivo del tabaco, el cual empezaron a enviar a Inglaterra en 1614.

En Nueva Inglaterra, la región nororiental de lo que hoy es Estados Unidos, los puritanos ingleses establecieron varias colonias. Estos colonizadores pensaban que la Iglesia de Inglaterra había adoptado demasiadas prácticas del catolicismo, y llegaron a América huyendo de la persecución en tierras inglesas y con la intención de fundar una colonia basada en sus propios ideales religiosos. Un grupo de puritanos, conocidos como los peregrinos, cruzaron el Atlántico en un barco llamado Mayflower y se establecieron en Plymouth, Massachusetts, en 1620. Una colonia puritana mucho más grande se estableció en el área de Boston en 1630. Para 1635, algunos colonizadores ya estaban emigrando a la cercana Connecticut.

Llegó toda clase de gente: aventureros, maleantes, fervorosos creyentes, constructores, soñadores. América les prometía, como dijo el poeta Robert Frost, un nuevo comienzo para la raza humana. Desde entonces, los estadounidenses han considerado a su país como un gran experimento, un modelo valioso para otras naciones. Nueva Inglaterra también estableció otra tradición: un rasgo de moralismo frecuentemente intolerante. Los puritanos creían que los gobiernos debían hacer cumplir la moralidad de Dios. Castigaban severamente a los bebedores, los adúlteros, los violadores del Séptimo Día, y los herejes. En las colonias puritanas el derecho de voto se limitaba a los miembros de la iglesia, y los salarios de los ministros se pagaban de los impuestos.

Roger Williams, un puritano que no estaba de acuerdo con las decisiones de la comunidad, sostuvo que el estado no debía intervenir en cuestiones religiosas. Obligado a salir de Massachusetts en 1635, fundó la vecina colonia de Rhode Island, la cual garantizaba libertad religiosa y la separación del estado y la iglesia. Las colonias de Maryland, establecida en 1634 como refugio para católicos, y Pensilvania, fundada en 1681 por el dirigente cuáquero William Penn, también se caracterizaron por su tolerancia religiosa. Esta tolerancia, a su vez, atrajo a otros grupos de colonizadores al Nuevo Mundo.

Con el paso del tiempo, las colonias británicas de América del Norte fueron ocupadas también por muchos grupos de origen no británico. Agricultores alemanes se establecieron en Pensilvania, los suecos fundaron la colonia de Delaware y los primeros esclavos africanos llegaron a Virginia en 1619. En 1626, colonizadores holandeses compraron la isla de Manhattan a los jefes indígenas de la región y erigieron la ciudad de New Amsterdam; en 1664, esta colonia fue tomada por los ingleses y rebautizada con el nombre de Nueva York.

Bandera diseñada por Betsy Ross con 13 estrellas y 13 bandas, representando a las Trece Colonias

En los años 1770 ya habían surgido varios centros urbanos pequeños pero en proceso de expansión, y cada uno de ellos contaba con periódicos, tiendas, comerciantes y artesanos. Filadelfia, con 28.000 habitantes, era la ciudad más grande, seguida por Nueva York, Boston, y Charleston. A diferencia de la mayor parte de las demás naciones, Estados Unidos jamás tuvo una aristocracia feudal. En la era colonial la tierra era abundante y la mano de obra escasa, y todo hombre libre tenía la oportunidad de alcanzar, si no la prosperidad, al menos la independencia económica.

Todas las colonias compartían la tradición del gobierno representativo. El monarca inglés nombraba a muchos de los gobernadores coloniales, pero todos ellos debían gobernar conjuntamente con una asamblea elegida. El voto estaba restringido a los terratenientes varones blancos, pero la mayoría de los hombres blancos tenían propiedades suficientes para votar. Inglaterra no podía ejercer un control directo sobre sus colonias norteamericanas. Londres estaba demasiado lejos, y los colonos tenían un espíritu muy independiente.
 
Mapa de las Trece Colonias
 
En 1733, los ingleses habían ocupado trece colonias a lo largo de la costa del Atlántico, desde New Hampshire en el norte hasta Georgia en el sur:
  •  New Hampshire,
  • Massachusetts, 
  •  Rhode Island, 
  •  Connecticut,
  • Nueva York,
  • Nueva Jersey,
  • Pensilvania
  • Delaware,
  • Maryland,
  • Virginia,
  • Carolina del Norte,
  • Carolina del Sur,
  • Georgia
 
Los franceses controlaban Canadá y Louisiana, que comprendían toda la vertiente del río Misisipi: un imperio vasto con pocos habitantes. Entre 1689 y 1815, Francia y la Gran Bretaña sostuvieron varias guerras, y América del Norte se vio envuelta en cada una de ellas. En 1756 Francia e Inglaterra estaban enfrascadas en la Guerra de los Siete Años, conocida en Estados Unidos como la Guerra Francesa e Indígena. El primer ministro británico, William Pitt, invirtió soldados y dinero en América del Norte y ganó un imperio. Las fuerzas británicas tomaron las plazas fuertes canadienses de Louisburg (1758), Quebec (1759) y Montreal (1760). La Paz de París, firmada en 1763, dio a la Gran Bretaña derechos sobre Canadá y toda América del Norte al este del río Misisipi.
 
La victoria de Inglaterra condujo directamente a un conflicto con sus colonias norteamericanas. Para evitar que pelearan con los nativos de la región, llamados indios por los europeos, una proclama real negó a los colonos el derecho de establecerse al oeste de los Montes Apalaches. El gobierno británico empezó a castigar a los contrabandistas e impuso nuevos gravámenes al azúcar, el café, los textiles y otros bienes importados. La Ley de Alojamiento obligó a las colonias a alojar y alimentar a los soldados británicos; y con la aprobación de la Ley de Estampillas, debían adherirse estampillas fiscales especiales a todos los periódicos, folletos, documentos legales y licencias.
 
Estas medidas parecieron muy justas a los políticos británicos, que habían gastado fuertes sumas de dinero para defender a sus colonias norteamericanas durante y después de la Guerra Francesa e Indígena. Seguramente su razonamiento era que los colonos debían sufragar parte de esos gastos. Pero los colonos temían que los nuevos impuestos dificultaran el comercio, y que las tropas británicas estacionadas en las colonias pudieran ser usadas para aplastar las libertades civiles que los colonos habían disfrutado hasta entonces.
 
En general, estos temores eran infundados, pero fueron los precursores de lo que han llegado a ser tradiciones profundamente arraigadas en la política estadounidense. Los ciudadanos desconfían del "gobierno poderoso"; después de todo, millones de inmigrantes llegaron a los Estados Unidos para escapar de la represión política.
 
En 1765, representantes de nueve colonias se reunieron como "Congreso sobre la Ley de Estampillas" y protestaron contra el nuevo impuesto. Los comerciantes se negaron a vender productos británicos, los distribuidores de estampillas se vieron amenazados por la muchedumbre enardecida y la mayoría de los colonos sencillamente se negó a comprar las mencionadas estampillas. El parlamento británico se vio forzado a revocar la Ley de Estampillas, pero hizo cumplir la Ley de Alojamiento, decretó impuestos al té y a otros productos y envió funcionarios aduaneros a Boston a cobrar esos aranceles. De nuevo los colonos optaron por desobedecer, así que se enviaron soldados británicos a Boston.
 
Las tensiones se aliviaron cuando Lord North, el nuevo Primer ministro británico, eliminó todos los nuevos impuestos salvo el del té. En 1773, un grupo de colonos respondió a dicho impuesto escenificando la Fiesta del Té de Boston: disfrazados de indígenas, abordaron buques mercantes británicos y arrojaron al agua, en el puerto de Boston, 342 huacales de té. El parlamento promulgó entonces las «Leyes Intolerables» (Intolerable Acts): la independencia del gobierno colonial de Massachusetts fue drásticamente restringida y se enviaron más soldados británicos al puerto de Boston, que ya estaba cerrado a los buques mercantes. En septiembre de 1774 tuvo lugar en Filadelfia el Primer Congreso Continental, reunión de líderes coloniales que se oponían a lo que percibían como opresión británica en las colonias. Estos líderes instaron a los colonos a desobedecer las Leyes Intolerables y a boicotear el comercio británico. Los colonos empezaron a organizar milicias y a almacenar armas y municiones.
 
En 1775 comienza oficialmente la guerra, cuyo desarrollo inicial fue claramente de dominio inglés, pero su curso cambiaría cuando tras la Batalla de Saratoga, primera gran victoria americana, Francia y posteriormente España entrarían en guerra apoyando a los independentistas estadounidenses.
Por el Tratado de Versalles (1783), Inglaterra se ve obligada a reconocer la independencia de las 13 colonias estadounidenses, tal y como éstas habían redactado en la famosa Declaración de Independencia de los Estados Unidos de 1776.
 
Una vez lograda la independencia, resultó muy complicado poner de acuerdo a todas las antiguas colonias si seguían como Estados independientes, o se reunían en una sola nación. Tras varios años de negociaciones, en 1787, 55 representantes de las antiguas colonias se reunieron en el Congreso de Filadelfia con el fin de redactar una constitución. Se creaba así un único gobierno federal, con un Presidente de la República y dos Cámaras Legislativas (Congreso y Senado) como solución intermedia. Redactó también la Constitución de 1787, y llamó a las elecciones por las cuales George Washington fue investido primer Presidente de los Estados Unidos.
 
Las Trece Colonias
 
Las Trece Colonias es el nombre que se ha dado históricamente a las posesiones coloniales de Gran Bretaña en la costa atlántica de América del Norte comprendida entre Nueva Escocia y Florida, y que a fines del siglo XVIII se unificaron bajo un gobierno independiente para crear los actuales Estados Unidos.
Gran Bretaña había establecido colonias en América del Norte desde 1607, cuando se fundó la primera población permanente de colonos británicos en Jamestown (estado de Virginia). A lo largo del siglo XVII aumentó la población de este asentamiento y se fundaron muchas otras colonias de origen británico, usualmente dotadas de una gran autonomía en sus asuntos internos, pero sujetas al dominio de Gran Bretaña.
 
 
Colonias británicas en América del Norte, alrededor de 1750. 1: Isla de Terranova; 2: Nueva Escocia; 3: las Trece Colonias; 4: Bermuda; 5: Bahamas; 6: Honduras Británica; 7: Jamaica; 8: Islas de sotavento británicas y Barbados

Colonias de América del Norte en 1763-76


En 1775, los británicos alegaron autoridad sobre las zonas rojas y rosadas en este mapa y España reclamó los territorios coloreados de naranja. La zona roja es la zona de asentamiento; la mayoría vivía a 80 kilómetros del océano


Tierras estatales reclamadas basadas en cartas coloniales, y más tarde cesiones al gobierno de los Estados Unidos, 1782-1802

Los documentos contemporáneos suelen listar a las trece colonias de la Norteamérica británica en orden geográfico, de norte a sur.
Colonias de Nueva Inglaterra  
  •  Provincia de Nuevo Hampshire, posteriormente Nuevo Hampshire
  • Provincia de la bahía de Massachusetts, posteriormente Massachusetts y Maine
  • Colonia de Rhode Island y Plantaciones de Providence, posteriormente Rhode Island y Plantaciones de Providence
  • Colonia de Connecticut, posteriormente Connecticut
  • Colonias de Middle  
  • Provincia de Nueva York, posteriormente Nueva York y Vermont
  • Provincia de Nueva Jersey, posteriormente Nueva Jersey
  • Provincia de Pensilvania, posteriormente Pensilvania
  • Delaware Colony (después de 1776, los Lower Counties on Delaware), posteriormente Delaware Colonias del sur  (Virginia y Maryland componen las Colonias de Chesapeake)
  • Provincia de Maryland, posteriormente Maryland
  • Colonia de Virginia, posteriormente Virginia, Kentucky y Virginia Occidental
  • Provincia de Carolina del Norte, posteriormente Carolina del Norte y Tennessee
  • Provincia de Carolina del Sur, posteriormente Carolina del Sur
  • Provincia de Georgia, posteriormente Georgia
 
Población
 
Un rasgo importante de estas colonias era que su población de origen europeo era bastante heterogénea, pues a los iniciales inmigrantes ingleses se unieron después escoceses, irlandeses, alemanes, flamencos y hugonotes franceses. A mediados del siglo XVII Suecia y los Países Bajos En los años 1770 ya habían surgido varios centros urbanos pequeños pero en proceso de expansión, y cada uno de ellos contaba con periódicos, tiendas, comerciantes y artesanos. Filadelfia, con 28.000 habitantes, era la ciudad más grande, seguida por Nueva York, Boston, y Charleston. A diferencia de la mayor parte de las demás naciones, Estados Unidos jamás tuvo una aristocracia feudal de tipo europeo. En la era colonial la tierra era abundante y la mano de obra escasa, y todo hombre libre tenía la oportunidad de alcanzar, si no la prosperidad, al menos la independencia económica.
 
Gobierno
 
Todas las colonias compartían la tradición del gobierno representativo. El monarca inglés nombraba a muchos de los gobernadores coloniales, pero todos ellos debían gobernar conjuntamente con una asamblea elegida. El voto estaba restringido a los terratenientes varones blancos, pero la mayoría de los hombres blancos tenían propiedades suficientes para votar. Además Inglaterra no podía ejercer un control directo sobre sus colonias americanas. Londres estaba demasiado lejos, y los colonos tenían un espíritu muy independiente, además que los mismos estatutos de fundación de cada colonia la Corona inglesa reconocía la autonomía interna de los colonos. Finalmente, la ausencia de grandes riquezas minerales en las colonias (minas de oro y plata) desalentaba una intervención directa de Gran Bretaña en el gobierno las Trece Colonias.
 
Expansión territorial
 
Los franceses controlaban Canadá y Luisiana, que comprendían toda la vertiente del río Misisipi: un vasto territorio pero con pocos colonos. Entre 1689 y 1815, Francia y la Gran Bretaña sostuvieron varias guerras, y América del Norte se vio envuelta en cada una de ellas. En 1756 Francia e Inglaterra estaban enfrascadas en la Guerra de los Siete Años, conocida en América como la Guerra Franco India. El primer ministro británico, William Pitt, invirtió soldados y dinero en América del Norte y ganó un inmenso terriorio. Las fuerzas británicas tomaron las plazas fuertes canadienses de Louisburg (1758), Quebec (1759) y Montreal (1760). El Tratado de París, firmado en 1763, dio a la Gran Bretaña derechos sobre Canadá y casi toda Norteamérica (media y septentrional) al este del río Misisipi.
 
Conflicto con Inglaterra
 
La victoria de Inglaterra condujo directamente a un conflicto con sus colonias americanas. Para evitar conflictos con los indígenas una proclama real negó a los colonos el derecho de establecerse al oeste de los montes Apalaches. El gobierno británico empezó a castigar a los contrabandistas e impuso nuevos gravámenes al azúcar, el café, los textiles y otros bienes importados. La Ley de Alojamiento obligó a las colonias a alojar y alimentar a los soldados británicos; y con la aprobación de la Ley de Estampillas, debían adherirse estampillas fiscales especiales a todos los periódicos, folletos, documentos legales y licencias.
 
Estas medidas parecieron muy justas a los políticos británicos, que habían gastado fuertes sumas de dinero para defender a sus colonias americanas durante y después de la Guerra Franco India; resultaba evidente que los colonos pagasen esos gastos. Sin embargo, los americanos temían que los nuevos impuestos dificultasen el comercio, y que las tropas británicas estacionadas pudiesen ser usadas para aplastar las libertades civiles que disfrutaban hasta entonces.
 
En 1765, representantes de nueve colonias se reunieron como "Congreso sobre la Ley de Estampillas" y protestaron contra el nuevo impuesto. Los comerciantes se negaron a vender productos británicos, los distribuidores de estampillas se vieron amenazados por la muchedumbre enardecida y la mayoría de los colonos sencillamente se negó a comprar las mencionadas estampillas. El parlamento británico se vio forzado a revocar la Ley de Estampillas, pero hizo cumplir la Ley de Alojamiento, decretó impuestos al té y a otros productos y envió funcionarios aduaneros a Boston a cobrar esos aranceles. De nuevo los colonos optaron por desobedecer, así que se enviaron soldados británicos a Boston.
 
Guerra de Independencia
 
Las tensiones se aliviaron cuando Lord North, el nuevo Primer Ministro británico, eliminó todos los nuevos impuestos salvo el del té. En 1773, un grupo de patriotas respondió a dicho impuesto a través del Motín del té: disfrazados de aborígenes, abordaron buques mercantes británicos, en el puerto de Boston, y arrojaron al agua 342 sacos de té. El parlamento promulgó entonces las conocidas como "Leyes Intolerables": la independencia del gobierno colonial de Massachusetts fue drásticamente restringida y se enviaron más soldados británicos al puerto de Boston, que ya estaba cerrado a los buques mercantes. En septiembre de 1774 tuvo lugar en Filadelfia el Primer Congreso Continental, reunión de líderes coloniales que se oponían a lo que percibían como opresión británica en las colonias. Estos líderes instaron a los colonos a desobedecer las Leyes Intolerables y a boicotear el comercio británico. Los colonos empezaron a organizar milicias y a almacenar armas y municiones.
 
En 1775 comienza oficialmente la guerra, cuyo desarrollo inicial fue claramente de dominio inglés, pero su curso cambiaría cuando tras la batalla de Saratoga (primera gran victoria colonial) Francia y posteriormente España entrarían en guerra apoyando a los independentistas americanos.
 
El 4 de julio de 1776 representantes de las Trece Colonias redactan su Declaración de Independencia, constituyendo los Estados Unidos de América, primera nación independiente del continente. Finalmente, en 1783 por el Tratado de París, el Reino Unido se ve obligada a reconocer dicha independencia.
 
El mencionado Tratado aseguró la libertad de las antiguas colonias, aunque éstas carecían de una estructura de gobierno. En 1777, el Segundo Congreso Continental estableció una confederación entre ellas, de carácter permanente, pero dejando escaso poder y mínimos recursos financieros al Congreso, única institución federal. Tras varios años de negociaciones, en 1787, 55 representantes de las antiguas colonias se reunieron en el Congreso de Filadelfia con el fin de redactar una constitución.
 
Bibliografía:
 
Dahiana A. Rosales H.
CI. 19.359.141
CRF

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