lunes, 22 de noviembre de 2010

Guerra de Vietnam...

La Guerra se extiende

En Camboya los estadounidenses esperaban encontrar el Cuartel General del enemigo y su ansiada batalla campal donde poder utilizar plenamente todo su poderío residente en unidades como estos blindados, entre otras armas, estacionados en Vietnam en posición de defensa
 

Las invasiones de Camboya de 1970. Mapa ilustrando las líneas del ataque estadounidense combinado
 
Los dos neutrales vecinos de Vietnam del Sur, Laos y Camboya, estaban siendo incapaces de contener la agresión de sus guerrilleros comunistas y tampoco lograban cortar la Ruta Ho Chi Minh que había sido muy importante en la preparación de las principales ofensivas.

Si Estados Unidos pretendía que su aliado pudiera sobrevivir a una guerra con el Norte debía cortar esas vías de infiltración y, de paso, terminar con el Cuartel del Ejército Nortvietnamita, viejo espejismo que pensaban encontrarían en Camboya y finalmente podrían librar y ganar una batalla convencional.

A principios de 1969 el recién elegido Richard Nixon comenzó una campaña de bombardeos secretos sobre Laos y Camboya. Los pilotos debían despegar, ir a una posición determinada y esperar órdenes. Una vez en la posición los controladores les daban las coordenadas que debían atacar. A la vuelta los mismos controladores deberían destruir todo documento sobre estas incursiones en territorio neutral. Pese a todas las precauciones en menos de un mes el New York Times ya publicaba noticias sobre estos documentos (filtradas por miembros de la Fuerza Aérea disconformes con estas operaciones). Según la edición de 1986 del Libro Guinness de los récords Laos fue el país más bombardeado del planeta con varios megatones de bombas convencionales.

Estos bombardeos perseguían un objetivo táctico, cortar la Ruta Ho Chi Minh, y otro más estratégico, demostrar a Vietnam del Norte que la nueva presidencia estaba dispuesta a todo con tal de terminar con aquella guerra, incluso la opción nuclear. Pero los vietnamitas del norte no se amedrentaron por eso y continuaron con su flujo hacia el sur.

La invasión de Camboya

El 14 de abril de 1970 el ARVN realizó una primera incursión y el 29 de abril el teniente general Do Cao Tri lanzó a sus 12.000 hombres sobre el Pico de Loro (véase el mapa). Pero fue el 1 de mayo de 1970 cuando el general Robert Shoemaker envió la orden de avanzar sobre el Pico de Loro y el Anzuelo a los oficiales destacados a la frontera con Camboya. Aunque algunos la tomaron con resignación en su mayoría estaban contentos de poder golpear el santuario del Vietcong y, especialmente los vietnamitas, de vengar todos los muertos que los camboyanos habían enviado flotando por el río Mecong.

La incursión estuvo precedida de grandes bombardeos que causaron muchos muertos entre los campesinos lo que, a la larga, fue terrible para el gobierno pro-occidental de Camboya; pues la guerrilla comunista consiguió legitimidad y más voluntarios para su victoria. Nixon era consciente de las repercusiones que traerían aquellas acciones; pero, como él mismo había declarado, prefería perder la reelección a ser el primer presidente en perder una guerra.

La incursión en El Anzuelo encontró alguna resistencia de grupos esporádicos que, como era la costumbre, desaparecían en la selva tras un breve tiroteo. Aunque la resistencia fue incrementándose algo por parte del EVN ni siquiera en el pueblo de Snuol la oposición hizo amago de resistir la potencia de fuego desplegada por los M40 Patton. Pronto los emplazamientos de artillería del EVN fueron capturados y se enviaron 100 carros de exploración Sheridan que sí encontraron resistencia. Utilizando toda la potencia de fuego vencieron la resistencia, arrasaron el poblado y, mientras interrogaban a los campesinos, saquearon todo lo que pudieron.

Los camboyanos informaron que había toda una ciudad guerrillera en la jungla. Poco después un helicóptero Lonch avistaba una casa bien camuflada y comenzó el bombardeo de artillería y aviación.

Cuando los infantes pudieron entrar en lo que ellos mismos llamarían La Ciudad encontraron 400 cabañas de paja y 180 escondites albergando suministros médicos, alimentos, ropa; además de 480 fusiles y 120.000 cartuchos.

Entre las dos incursiones se halló 4.793 armas individuales, 730 morteros, 7 285 cohetes, 124 camiones, tres millones de cartuchos de fusil y nueve millones de kilogramos de arroz; además de abundante documentación. La Caballería Aerotransportada realizó 6.436 salidas para llevar a Vietnam del Sur las 25.000 toneladas capturadas.

El 30 de junio todos los soldados volvieron a sus bases.

En toda la incursión murieron 354 estadounidenses y 1.689 resultaron heridos. El ARNV dijo haber perdido 866 hombres y tener heridos a otros 3.274. Además el Presidente dijo haber capturado suministros y armas para todo un año y matado a 11.349 enemigos, aunque la propia CIA calificó ese recuento de altamente sospechoso.

Para Nixon era como un regalo de navidad y ordenó el envío de 31.000 soldados más a Camboya para destruir todo lo que no se pudiera transportar. Sin embargo el famoso cuartel del EVN para Vietnam del Sur (el COSVN) no apareció y sí fuertes manifestaciones en Estados Unidos, siendo la de Kent State la más dura de todas.

Sin embargo estos ataques y los bombardeos estadounidense animaron a la población camboyana en contra de su gobierno, que no podía o no quería defenderlos, y enardecieron a los sanguinarios Kjemeres Rojos que ya combatían desde hace años y habían logrado consolidar una base de operaciones en el norte del país. Con esa base y un pueblo deseoso de terminar con su corrupto gobierno el terreno estaba abonado para que los campesinos de la muerte sembraran aquellos campos.

Entrando en Laos: el camino del infierno

La operación Lan Som 719 debía castigar al EVN en lo profundo de su santuario en Laos. Las cosas fueron muy diferentes a lo que debían haber sido
 
Autorizada el 18 de enero de 1971 y nombrada como la famosa victoria vietnamita sobre los chinos en 1427, la Operación Lam Son 719 tenía como objetivos desbaratar cualquier posible ofensiva comunista sobre Vietnam del Sur durante todo un año. Laos era considerada la frontera más utilizada para el suministro de material y armamento a las guerrillas y debía ser golpeada con contundencia por dos motivos:
  • Dar más tiempo al ARVN para culminar una preparación que le permitiese derrotar al EVN.
  • Advertir a los norvietnamitas que Nixon estaba dispuesto, como en el caso de Camboya, a utilizar todos los medios a su alcance para forzar la paz.
 
Para esto se planificó y lanzó la Operación Lan Som 719.
 
El objetivo militar de Lam Son 719 era abrir un corredor de 25 km de ancho por 35 de largo entre la frontera de Vietnam del Sur y la ciudad laosiana de Tchepone. Eso cortaría la Ruta Ho Chi Minh y detendría las operaciones de los guerrilleros en el Sur.
 
Desgraciadamente para el general Xuan Lam y sus hombres, el EVN opuso mucha más resistencia y con muchas mejores armas que un año antes en Camboya y, a mitad de camino, las numerosísimas bajas sufridas en la Carretera 9 y en las colinas al norte de ésta obligaron a detener el avance y comenzar la evacuación en helicópteros.
 
Las imágenes de cientos de helicópteros entrando en Vietnam del Sur atestados de atemorizados heridos echó por tierra las esperanzas de muchos de poder contar con el ARVN para defender sólo Vietnam del Sur.
 
El desastre de Lan Som 719 costó al ejército de Vietnam del Sur casi 10.000 hombres, lo que supuso algo menos de la mitad de los efectivos con los que contaba y una derrota que hacía temer por la operatividad de ese ejército en el futuro.
Sin embargo, dos años después los vietnamitas del sur demostraron que aún les quedaban cartas por jugar frente al mismo enemigo que tan duramente los había expulsado.
 
El poder de la tecnología contra el poder de la tecnología
 
Sobre la guerra de Vietnam, como sobre cualquier conflicto librado entre un país grande y otro pequeño, existen varias tópicos que no son del todo ciertos por más repetidos que sean. Uno de esos tópicos es la afirmación de que los vietnamitas luchaban con armas rudimentarias contra la más avanzada tecnología. Ciertamente varios informes de inteligencia mostraban que el Vietcong obtenía la mayor parte de su material de ejército del Sur y de las minas y otros artefactos sin estallar lanzados por Estados Unidos. Se tiene constancia de que el Vietcong y el EVN preparaban trampas casi artesanales como las estacas punji cubiertas de excrementos para acelerar la gangrena al soldado que la pisaba. Por su parte Estados Unidos empleaba las bombas lazy dogs cargadas con miles de cuchillas para generar una muerte más lenta a las víctimas que encontraran a su paso.
 
Aunque sí es verdad que Estados Unidos utilizó en Vietnam los más sofisticados productos electrónicos de que disponía (detectores de movimiento, bombas inteligentes guiadas por láser, helicópteros artillados...) no es menos cierto que los vietnamitas del norte, y algo menos los miembros del Vietcong, disponían de lo mejor que el arsenal soviético había producido, especialmente en la segunda y tercera parte de la contienda.
Así la reconquista de las colinas de Laos se debió, en buena medida, a la intervención de los carros de combate enviados por la URSS. De la misma manera los veteranos estadounidenses se quejaban en muchas ocasiones de tener que combatir con armas que no funcionaban, por el mal comienzo del M-16 frente al AK-47 (por su sencillez y fiabilidad).
 
Durante las incursiones aéreas sobre Vietnam del Norte de los años sesenta y setenta Hanoi lanzó sus MiG-17. Los occidentales al principio pensaban que el MiG-17 era una simple mejora del aparato anterior utilizado en la Guerra de Corea, en la década anterior. Sin embargo los pilotos vietnamitas terminaron de demostrar que disponían de un aparato totalmente diferente, mucho más manejable y más certero. Aún más sofisticados eran los mundialmente famosos reactores Mikoyan-Gurevich MiG-21, un aparato concebido en 18 meses y desarrollado a finales de los 50 que realizó numerosos derribos de todo tipo de aviones estadounidenses (incluidos los F-4 Phantom lanzados en su contra). Aún mejor era el MiG-23 que entró en servicio cuando el conflicto ya terminaba.
 
En varias publicaciones se han destacado proezas aéreas como las realizada por el teniente Randall Cunnigham a los mandos de su Phantom; pero lo cierto es que los pilotos vietnamitas derribaron multitud de cazas y bombarderos con las dos máquinas antes mencionadas, pese a contar con menor mantenimiento y sobre todo menor entrenamiento que sus enemigos. Un vietnamita que no deseaba ser identificado lo describía de la siguiente manera:
 
Incluso antes de Navidad [de 1973] ya habíamos demostrado lo eficaz de nuestros sistemas antiaéreos. El 17 de octubre derribamos el avión estadounidense número 4000 desde 1964. La víctima era nada menos que un F-111, el cazabombardero supersónico de ala de flecha que entonces era lo último en tecnología de aviación.
 
La fiabilidad y resistencia del armamento vietnamita fueron superiores al estadounidense. Tanto es así que muchas de esas armas, como el confiable AK-47, han sido posteriormente algunos de los ingenios más vendidos en todo el mundo, gracias a su altísima relación calidad-precio, por encima incluso que sus homólogos estadounidenses. El MiG-21 resultó un avión tan sobresaliente que naciones como la República Checa en los años 90 del siglo XX decidieron dar de baja modelos más modernos y modernizar estos aparatos. Por último, el MiG-23 hizo cundir cierta preocupación en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y les llevó a comenzar el desarrollo de una nueva generación de cazas.

La Ofensiva de Pascua: el ARVN resiste

La Ofensiva de Pascua falló porque Vietnam del Sur no se desmoronó y los bombarderos y buques estadounidenses estuvieron allí
 
A las dos de la mañana del 30 de marzo de 1972, la artillería y los misiles del EVN atacaron las posiciones del ARVN en la zona desmilitarizada con una potencia tal que recordaba los peores momentos en Khe Sanh.
12.000 proyectiles, 4.000 hombres y 200 blindados se lanzaron contra las posiciones survietnamitas con el fin de arrollarlas, cercar Quang Tri y volver a ocupar Hué, como ya consiguieron en 1968. Pero no era la Ofensiva del Tet, a esta se le llamaría la Ofensiva de Pascua.

Poco después, desde Camboya, otra incursión avanza por la región del Anzuelo y el Pico de Loro, cercan las ciudades de An Loc y Tay Ninh camino de Saigón. Una tercera oleada sale del sur de Camboya para infiltrarse en el Delta del Mecong.

Con todo, esto sólo resultó un señuelo para distraer la atención del ataque principal que se lanzó días después en el centro del país sobre la ciudad de Kontum.

Las imágenes de carreteras inundadas por desplazados, aviones tratando de levantar sus rampas con hombres colgados de ellas y vehículos atestados de asustados vietnamitas parecían dar la idea de que aquel régimen terminaría en pocos días.

Giap lanzó sobre el sur la práctica totalidad de su ejército con la intención del aterrorizar a los soldados del sur, deshacer al ejército enemigo y dar el golpe de gracia al régimen de Saigón. Sin embargo la realidad fue diferente.

Fue necesario un golpe de este tipo para que el timorato presidente Thieu relevara del mando al general Giai y el teniente general Ngo Dzu (cobardes y corruptos) y colocara al frente de sus hombres al general Ngo Quang Truong, calificado por algunos como el mejor oficial de Vietnam del Sur. Este hombre enérgico detuvo las retiradas y ordenó que todos los desertores y saqueadores fueran ejecutados.

Con el nuevo mando y, quizá, luchando desesperadamente para que no se repitieran de nuevo las atrocidades de 1968, Hué pudo ser salvada al mismo tiempo que Kontum y An Loc resistieron un ataque tras otro. Todo esto aumentó la confianza de los soldados en su ejército.

Al otro lado del Pacífico Nixon declaró que lanzaría un ataque como el que jamás habrían visto y lo cumplió. Los 700 aviones desplazados al sureste asiático, incluidos los B-52 con sus 24.500 kg de bombas, y los buques fondeados en las aguas de Vietnam del Sur lanzaron un feroz ataque que detuvo en unas ocasiones y desintegró en otras a las unidades del norte.

Giap volvió a su táctica de lanzar oleada tras oleada, que funestos resultados le dio en Dien Bien Phu, hasta quedarse sin efectivos. Al mismo tiempo los carros de combate recién traídos de la URSS fueron destrozados por los cazas estadounidenses o por los soldados del ARVN con sus lanzadores portátiles.
Finalmente las incursiones del EVN se detuvieron, los bombardeos cesaron deteniéndose la ofensiva. Las pérdidas para Hanoi habían sido terribles y se quedó casi sin fuerzas para realizar operaciones de cierta envergadura en 1973 y 1974. Había conquistado más del doble de territorio de Vietnam del Sur del que tenía hasta entonces (del 3,7% al 9,7%) aunque el 15% de estas conquistas las perdió en los siguientes años frente al ARVN, que ya luchaba en solitario.

El fracaso de la vietnamización

Ciertamente el programa de vietnamización había logrado éxitos. Entre ellos podemos citar:
  • Infligir un duro golpe a la infraestructura del Vietcong y el EVN en la vecina Camboya.
  • Apoderarse de abundante munición, provisiones y suministros destinados al Sur.
  • Armar al régimen de Thieu con abundantes provisiones de munición y equipo (esta misma opción la tomaron los soviéticos antes de su retirada en Afganistán ).
  • Reducir los cuadros de mando de los comunistas por las acciones terroristas del Programa Phoenix.
  • Resistir el gran ataque que supuso la Ofensiva de Pascua
 
Sin embargo los vietnamitas habían logrado por su parte:
  • Aumentar el territorio bajo su poder.
  • Causar una seria derrota al ARNV en Laos.
  • Conservar su capacidad de acción y sus líneas de abastecimiento.
  • Mantener la moral de combate de sus tropas, dañada por los bombardeos y la eliminación de sus miembros.
 
Los logros obtenidos por los vietnamitas comunistas coinciden casi totalmente con lo que la Administración Nixon pretendía evitar; por este motivo el resultado final de la vietnamización se puede calificar de fracaso.9 Esta opinión parecen confirmarla las órdenes que daría Nixon de bombardear masivamente a Vietnam del Norte y minar tanto los puertos como los estuarios, acciones todas ellas casi a la desesperada para conseguir un acuerdo de paz.
 
La victoria del norte y la derrota de Estados Unidos
 
Pese a lo que los acontecimientos demostraron después, en 1972 y 1973 la derrota del Sur no estaba clara para ninguna de las dos partes. Por un lado combatían ya a solas, pero por el otro estaban recuperando territorio y Estados Unidos les había entregado 2.500 millones de dólares en armas y municiones, suficiente para resistir durante varios años.
 
Tampoco las circunstancias internacionales se lo ponían fáciles a ninguno de los dos bandos.
 
Problemas económicos
 
Pese a la generosa carga del arsenal que habían dejado los estadounidenses la salida de la guerra redujo por dos veces las ayudas económicas al régimen de Saigón (primero por Nixon y después por el Congreso) hasta dejarlas en 700 millones de dólares anuales.
 
Este recorte en las ayudas aumentó aún más en 1975 lo que obligó a dejar en tierra a más de 200 aviones, la mitad de la fuerza aérea survietnamita.
 
La Crisis del petróleo aumentó el precio de los alimentos y otros productos de primera necesidad en todo el Sur lo que obligó a muchos soldados a realizar trabajos extras fuera de las filas o a dejar su puesto para poder ganar lo suficiente como para mantener a sus familias reduciendo, claro está, el tiempo disponible para entrenamientos y operaciones.
 
Para el norte las cosas no marchaban mucho mejor. La política de acercamiento de Nixon a China (la famosa Diplomacia del Ping Pong de 1971 y la visita a Pekín de Nixon en 1972 ) hacía pensar en una disminución de la ayuda militar del gigante asiático a Vietnam del Norte.
 
Unido a esto la URSS también bajó sus generosos aportes de fondos y armas al tener que preocuparse de la seguridad de su frontera con China, en la que llegaron a darse enfrentamientos esporádicos.
 
Las Linebaker: Los bombardeos sobre el Norte
 
Nixon ordenó la mayor campaña de bombardeos de la guerra; pero los resultados fueron pírricos
 
En el 8 de mayo de 1972 Richard Nixon suspendió las negociaciones de París por los continuos ataques del EVN y ordenó la campaña de bombardeos Linebaker para minar los puertos, los objetivos militares, las vías férreas, las instalaciones petrolíferas, aeródromos y los muelles de todo Vietnam del Norte. Según las fuentes estadounidenses el Presidente estaba indignado por las continuas incursiones del Norte sobre el Sur y dijo que aquellos vietnamitas iban a sufrir un bombardeo como nunca antes habían sufrido. Él tenía muy presente que la Operación Rolling Thunder había desgastado mucho a su antecesor y una operación mucho más dura haría lo mismo con él; pero era un hombre enérgico y no dudó en ordenar la salida de los B-52.

En esta ocasión los Phantom y los B-52 (en la segunda parte) iban equipados con bombas inteligentes, que tan famosas se harían en conflictos posteriores, y, según la Administración Nixon, sólo atacarían blancos militares o económicos, nunca zonas habitadas por civiles. De esta forma, decían ellos, la ferocidad de las bombas se vería compensada con su precisión; sin embargo lo vietnamitas lo veían de una forma muy diferente como comentaba un miembro de su comunidad:

Los estadounidenses dicen que bombardeaban objetivos militares o económicos y declararon que nosotros nos colocábamos junto a nuestras escuelas y hospitales. Sólo son excusas para la terrible cantidad de víctimas que ocasionaron entre al población civil. Las escuelas y hospitales fueron construidas en tiempos de los franceses, antes de las hostilidades, y nosotros no éramos tan estúpidos como para atraer el fuego sobre nuestros hijos y nuestros enfermos colocando objetivos potenciales junto a ellos. Su definición de "bombas de precisión" no puede mantenerse a la vista de vecindades enteras destruidas, como la zona densamente poblada de Kham Thien, o el hospital de Bac Mai, de 1.000 camas, ambos destruidos por bombas.

Esta campaña de bombardeos fue aún más terrible que la Rolling Thunder de la década pasada y la eficacia de estas armas superó con mucho a las anteriores, en esta ocasión se lanzaron 155.548 toneladas de bombas en 41.000 misiones. Así las fábricas fueron casi destruidas por completo, lo mismo que las vías férreas (incluido el famoso puente de Thanh Hoa que fue alcanzado por 15 bombas guiadas por láser y se derrumbó), las ciudades aún intactas de Hanoi y Haiphong también fueron atacadas por primera vez en el conflicto.

Según las fuentes occidentales los bombardeos no perseguían llevar a Vietnam del Norte de nuevo a la mesa de negociaciones, sino demostrar a Vietnam del Sur que les seguirían apoyando pese a retirar sus soldados. No obstante Nixon deseaba una salida honrosa de la que sería la primera derrota para su país y esta circunstancia también influyó en lanzar los bombardeos.

Desde el punto de vista estadounidense las operaciones Linebakers menguaron la moral vietnamita y el gobierno de Hanoi comenzó a pensar en volver a la mesa de negociaciones. Ciertamente la situación en la que los aviones estadounidenses colocaron al pueblo vietnamita fue muy dura, un vietnamita relataba:
La sirena sonaba en ocasiones hasta 20 veces al día. Las incursiones continuaban de noche, obligándonos a salir de la cama en medio del frío invernal y meternos en los húmedos refugios.

El 23 de octubre los bombardeos pararon y se retomaron las negociaciones. Sin embargo, unos meses después de cesar los bombardeos los jerarcas de Vietnam del Norte no vieron satisfechas sus demandas para comenzar a negociar y se retiraron nuevamente. Por aquellas fechas habían recibido de la URSS misiles SAM (superficie-aire) y confiaban en presentar resistencia a los nuevos ataques; pero además conocían la resistencia de su pueblo y la situación en Estados Unidos por lo que la amenaza de nuevos ataques no les impresionaba demasiado.

Nixon, habitualmente firme en sus decisiones y enérgico en su aplicación, reanudó los bombardeos (lo que se conoció extraoficialmente como Operación Linebacker II) entre el 18 y el 29 de diciembre de 1972 (sólo pararon el día de Navidad).

En esta segunda fase de la campaña cayeron 20.370 toneladas de bombas, matando a 1.000 personas, deteniendo las comunicaciones internas, dañando la red eléctrica y terminando con la totalidad de la fuerza aérea norvietnamita.

Sin embargo el precio fue alto. Los norvietnamitas derribaron 26 aviones (quince de ellos B-52) y capturaron a varios pilotos, lo que aumentaba algo su margen de negociación en París y constituyendo una de las mayores preocupaciones que el conflicto dejó en años posteriores ¿dónde estaban todos los pilotos desaparecidos en combate?
Para Nixon se habían logrado casi todos los objetivos: demostrar a su aliado del sur que su apoyo continuaría pese a la retirada y retomar las conversaciones. Para muchos vietnamitas la conclusión fue otra:

El 30 de diciembre Nixon suspendió los bombardeos y, nueve días después, se reanudaron las conversaciones en París. Le Duc Tho, nuestro negociador jefe, no se apartó de la posición que había mantenido antes de los bombardeos. No se aceptaron los cambios estadounidenses. Nixon se derrumbó y se firmaron los Acuerdos de Paz entre Vietnam del Norte y Estados Unidos el 27 de enero, en gran parte en los mismos términos planteados en octubre anterior. La voluntad de hierro de nuestro pueblo y su creencia en el destino había dado sus frutos. Habíamos sobrevivido al poder de Estados Unidos.

En total, Estados Unidos arrojó 338.000 toneladas de napalm sobre Vietnam que, según se calcula, mató a más de 2 millones de vietnamitas durante los ocho años de guerra. Así como también cerca de 100.000 toneladas de herbicidas (agentes azul, naranja, y blanco) fueron arrojados en el intento de acabar con las fuentes de alimento y refugio del Viet Cong. Además de la enorme cantidad de muertos y heridos, el legado que dejó esta guerra química estadounidense fue de casi medio millón de niños vietnamitas que sufrieron serios defectos de nacimiento (Wall Street Journal).
Bibliografía:

Dahiana A. Rosales H.
CI. 19.359.141
CRF
 
http://dahianarosalescrf.blogspot.com/2010/11/guerra-de-vietnam.html

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