lunes, 22 de noviembre de 2010

Historia

Nativos Americanos y primeros asentamientos Europeos

Comúnmente se piensa que los pueblos indígenas de los Estados Unidos continentales, incluyendo a los nativos de Alaska, emigraron desde Asia entre 12.000 y 40.000 años atrás. Algunos, tales como la cultura misisipiana, desarrollaron una agricultura avanzada, grandes obras arquitectónicas y sociedades con un orden jerárquico. Después de que los europeos comenzaron a asentarse en América, millones de indígenas americanos murieron debido a las epidemias de enfermedades traídas desde Europa, como la viruela.

El Mayflower transportó a los peregrinos al Nuevo Mundo en 1620, como se representa en este pintura de William Halsall El Mayflower en el Puerto Plymouth, de 1882
 
En 1492, el explorador genovés Cristóbal Colón, patrocinado por la Corona Española, llegó a varias islas del Caribe, realizando el primer contacto con los pueblos indígenas. El 2 de abril de 1513, el conquistador español Juan Ponce de León desembarcó en lo que llamó La Florida, la primera llegada europea documentada en el territorio estadounidense. Los asentamientos españoles en la región fueron seguidos por otros en el actual suroeste de Estados Unidos. Los comerciantes de pieles franceses se establecieron en Nueva Francia, alrededor de la zona de los Grandes Lagos; eventualmente Francia reclamaría gran parte del interior de Estados Unidos, hasta la costa del golfo de México. Los primeros asentamientos ingleses exitosos fueron la colonia de Virginia en Jamestown en 1607 y la colonia de Plymouth fundada por peregrinos en 1620. En 1628, el establecimiento de la provincia de la bahía de Massachusetts dio lugar a una nueva ola de inmigración: para 1634, Nueva Inglaterra estaba habitada por cerca de 10.000 puritanos. Entre la década de 1610 y la guerra de independencia, cerca de 50.000 convictos fueron enviados desde el Viejo Continente hacia las colonias. Desde 1614, los neerlandeses se establecieron a lo largo del río Hudson inferior, fundando Nueva Ámsterdam en la isla de Manhattan.

En 1674, los Países Bajos cedieron su territorio a Inglaterra y la provincia de los Nuevos Países Bajos fue renombrada como Nueva York. Muchos inmigrantes recién llegados, especialmente en el sur, fueron contratados como criados, de tal modo que cerca de dos tercios de todos los inmigrantes que llegaron a Virginia entre 1630 y 1680 trabajaban como sirvientes. Para finales de ese siglo, los esclavos africanos se convirtieron en la principal fuente de mano de obra en condiciones de servidumbre. Con la división de las Carolinas en 1729 y la colonización de Georgia en 1732, se establecieron las Trece Colonias británicas, que eventualmente se convertirían en los Estados Unidos de América. Todas contaban con un gobierno local electo, apegado al republicanismo, además de que se legalizó el comercio de esclavos. Con altas tasas de nacimiento, bajas tasas de mortalidad y la constante inmigración, la población colonial creció rápidamente. El movimiento cristiano revivalista de las décadas de 1730 y 1740, conocido como «el Gran Despertar», alimentó el interés en temas como la religión y la libertad de culto. En la guerra Franco-india, las fuerzas británicas le arrebataron Canadá a Francia, pero la población de habla francesa permaneció políticamente aislada de las colonias del sur. Sin contar a los nativos americanos (popularmente conocidos como «indios») que eventualmente fueron desplazados, en 1770 las Trece colonias tenían una población de 2,6 millones de habitantes, alrededor de una tercera parte de la del Reino Unido, aunque casi uno de cada cinco estadounidenses era un esclavo negro. Sin embargo, los colonos estadounidenses no tenían ninguna representación en el Parlamento del Reino Unido.

Independencia y expansión

Las tensiones entre los colonos y los británicos durante las décadas de 1760 y 1770 condujeron a la Guerra de Independencia, que se extendió desde 1775 hasta 1781. El 14 de junio de 1775, el Congreso Continental, reunido en Filadelfia, estableció un Ejército Continental bajo el mando de George Washington. Proclamando que «todos los hombres nacen iguales» y dotados de «ciertos derechos inalienables». El Congreso aprobó la Declaración de Independencia, redactada en gran parte por Thomas Jefferson, el 4 de julio de 1776. Anualmente, en esta fecha se celebra el Día de la Independencia de los Estados Unidos. En 1777, los artículos de la Confederación establecieron un débil gobierno confederal, que operó hasta 1789.


Declaración de Independencia, por John Trumbull, 1817–18

Después de la derrota británica por las fuerzas estadounidenses, asistidas por los franceses, el Reino Unido reconoció su independencia y soberanía sobre el territorio al oeste del río Misisipi. Una convención constitucional fue organizada en 1787 por aquellos que deseaban establecer un gobierno nacional fuerte. La Constitución de los Estados Unidos fue ratificada en 1788 y un año más tarde, George Washington se convirtió en el primer presidente. La Carta de Derechos, que prohibía la restricción federal de los derechos humanos y garantizaba una serie de medidas para su protección jurídica, fue adoptada en 1791.

Con la nueva autonomía, las actitudes hacia la esclavitud fueron cambiando; una cláusula en la Constitución protegió el comercio de esclavos hasta 1808. Los estados del norte abolieron la esclavitud entre 1780 y 1804, dejando a los estados esclavistas del sur como defensores de la "institución peculiar". El "Segundo Gran Despertar", que comenzó alrededor de 1800, convirtió a las Iglesias evangélicas en una de las principales fuerzas detrás de varios de los movimientos reformistas de la época, incluyendo el abolicionismo.
 

Mapa de la expansión territorial del país
 
El afán por expandir el territorio nacional hacia el oeste trajo consigo una larga serie de guerras. En 1803, la compra de la Luisiana a Francia durante el mandato del presidente Thomas Jefferson, casi duplicó el tamaño de la nación, al mismo tiempo que la guerra anglo-estadounidense de 1812 fortaleció aún más el nacionalismo entre la población. En 1819, una serie de incursiones militares en Florida obligó a España a ceder este y otros territorios de la costa del golfo. El sendero de lágrimas en la década de 1830 ejemplifica la política de Remoción India que despojó a varios pueblos indígenas de sus tierras. Estados Unidos se anexó la República de Texas en 1845, época durante la cual el concepto del Destino Manifiesto se popularizó.26 En 1846, la firma del Tratado de Oregón con el Reino Unido, le otorgó al país los actuales territorios del noroeste. Dos años más tarde, la victoria en la guerra contra México dio lugar a la cesión de California y la mayor parte del suroeste actual. La fiebre del oro de 1848 y 1849 estimuló aún más la migración hacia el oeste y los nuevos ferrocarriles facilitaron la reubicación de los colonos y el aumento de los conflictos con los nativos americanos. Durante medio siglo, hasta 40 millones de bisontes americanos fueron sacrificados por sus pieles y carne para facilitar la propagación de los ferrocarriles. La pérdida de los búfalos, una fuente principal de alimento para los indígenas de las llanuras, fue un golpe mortal para muchas culturas nativas.

Guerra Civil e Industrialización

Las tensiones entre estados pro-esclavistas y los abolicionistas, junto al aumento de los desacuerdos en la relación entre el gobierno federal y estatal, provocaron conflictos violentos por causa de la expansión de la esclavitud hacia los nuevos territorios. Abraham Lincoln, candidato del Partido Republicano y un gran abolicionista, fue elegido presidente en 1860. Antes de que tomase posesión de su cargo, los siete estados esclavistas declararon su secesión de la Unión, formando los Estados Confederados de América. El gobierno federal declaró que la secesión era ilegal y pronto se produjo el ataque por parte de los secesionistas a Fort Sumter, iniciándose así la guerra civil estadounidense. 
 
Batalla de Gettysburg, litografía de Currier & Ives, 1863
Tras la victoria de la Unión en 1865, se añadieron tres enmiendas a la constitución para garantizar la libertad de los casi cuatro millones de afroamericanos que habían sido esclavos, convirtiéndolos en ciudadanos y dándoles el derecho de voto. La guerra y su resolución dio lugar a un aumento sustancial de las competencias del gobierno federal.  

Inmigrantes en la Isla Ellis, puerto de Nueva York, 1902
 
Después del asesinato de Abraham Lincoln, tuvo lugar la época conocida como la Reconstrucción, en la cual se desarrollaron políticas encaminadas a la reintegración y la reconstrucción de los estados sureños garantizando al mismo tiempo los derechos de los nuevos esclavos liberados. Las controvertidas elecciones presidenciales de 1876 se resolvieron mediante el Compromiso de 1877, por el cual los demócratas sureños reconocieron como presidente a Rutherford B. Hayes a cambio de que éste retirara las tropas que aún permanecían desplegadas en Luisiana, Carolina del Sur y Florida. A partir de 1876 empiezan a aplicarse las llamadas leyes de Jim Crow, una política de apartheid que perduraría hasta 1965.

En el norte, la urbanización sin precedentes y una afluencia de inmigrantes aceleró la industrialización del país. La ola de la inmigración, que duró hasta 1929, proporcionó mano de obra para los negocios, transformado a su vez la cultura. La alta protección arancelaria, la creación de infraestructuras nacionales y los nuevos reglamentos bancarios alentaron el crecimiento industrial. En 1867 se produce la compra de Alaska a Rusia, completando la expansión continental del país. La Masacre de Wounded Knee en 1890 fue el último gran conflicto armado contra los nativos indios americanos. En 1893, la monarquía indígena del Reino de Hawái fue derrocada en un golpe de estado liderado por ciudadanos estadounidenses; el archipiélago fue anexado al país en 1898. La victoria en la Guerra hispano-estadounidense ese mismo año, demostró que Estados Unidos era una potencia mundial y dio lugar a la anexión de Puerto Rico y las Filipinas. Filipinas accedió a la independencia en 1956, mientras que Puerto Rico continúa siendo un Estado libre asociado.

Primera Guerra Mundial, Gran Depresión y Segunda Guerra Mundial

Al estallar la Primera Guerra Mundial en 1914, Estados Unidos se declaró neutral. Posteriormente, los estadounidenses se solidarizaron con los británicos y franceses, a pesar de que muchos ciudadanos, sobre todo los originarios de Irlanda y Alemania, se opusieron a la intervención. En 1917 se sumaron a los Aliados, contribuyendo a la derrota de las Potencias Centrales. Reacio a participar en asuntos europeos, el Senado no ratificó el Tratado de Versalles (1919), que estableció la Sociedad de Naciones, aplicando una política de unilateralismo, que rayaba en el aislacionismo. En 1920, el movimiento de los derechos de la mujer ganó la aprobación de una enmienda constitucional para otorgar a las mujeres el sufragio.
 
Una granja abandonada en Dakota del Sur durante la Dust Bowl, en 1936
 
Durante la mayor parte de la década de 1920, el país gozó de un período de prosperidad, disminuyendo el desequilibrio de la balanza de pagos mientras crecían las ganancias de las granjas industriales. Este periodo culminó en la crisis de 1929 que desencadenó la Gran Depresión. Después de su elección como presidente en 1932, Franklin D. Roosevelt respondió con el New Deal (nuevo trato), una serie de políticas que aumentaron la intervención del gobierno en la economía. La Dust Bowl (cuenca de polvo) de mediados de la década de 1930 dejó varias comunidades de agricultores empobrecidos y estimuló una nueva ola de migración hacia la costa occidental. 
 
Soldados del Ejército de los Estados Unidos durante la batalla de Normandía, el 6 de junio de 1944
 
Estados Unidos, oficialmente neutral durante las primeras etapas de la Segunda Guerra Mundial, inició el suministro de provisiones a los Aliados en marzo de 1941, a través del Programa de Préstamo y Arriendo. El 7 de diciembre de 1941, el país se unió a la lucha de los Aliados contra las Potencias del Eje, después del ataque japonés a Pearl Harbor. La Segunda Guerra Mundial impulsó la economía mediante el suministro de capital de inversión y puestos de trabajo, haciendo que muchas mujeres entraran en el mercado laboral. De los principales combatientes, Estados Unidos fue la única nación que se enriqueció a causa de la guerra. Las conferencias en Bretton Woods y Yalta crearon un nuevo sistema de organización internacional que colocó al país y a la Unión Soviética en el centro de los asuntos mundiales. En 1945, cuando llegó el fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa, una conferencia internacional celebrada en San Francisco redactó la Carta de las Naciones Unidas, que entró en vigor después de la guerra. Después de haber desarrollado la primera arma nuclear, el gobierno decidió utilizarla en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki en agosto de ese mismo año. Japón se rindió el 2 de septiembre, poniendo fin a la guerra.

Guerra Fría y protestas políticas 

Martin Luther King, Jr. pronunciando el discurso "Yo tengo un sueño", en 1963
 
 Durante la llamada "Guerra Fría", Estados Unidos y la Unión Soviética lucharon por el poder tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, dominando los asuntos militares de Europa a través de la OTAN y del Pacto de Varsovia. El primero promovió la democracia liberal y el capitalismo, mientras que el segundo extendía el comunismo y una economía planificada por el gobierno. Ambos apoyaron varias dictaduras y participaron en guerras subsidiarias. Entre 1950 y 1953, las tropas estadounidenses combatieron a las fuerzas comunistas chinas en la guerra de Corea.

El 1961 lanzamiento soviético de la primera nave espacial tripulada provocó que el presidente John F. Kennedy propusiera al país ser los primeros en enviar "un hombre a la Luna", hecho logrado en 1969. Kennedy también enfrentó un tenso conflicto nuclear con las fuerzas soviéticas en Cuba, al tiempo que la economía crecía y se expandía de manera constante. Un creciente movimiento por los derechos civiles, representado y liderado por afroamericanos como Rosa Parks, Martin Luther King y James Bevel, utilizó la no violencia para hacer frente a la segregación y la discriminación. Después del asesinato de Kennedy en 1963, la Ley de Derechos Civiles de 1964 y la Ley de Derechos Electorales de 1965 se aprobaron durante el mandato del presidente Lyndon B. Johnson. Johnson y su sucesor, Richard Nixon, llevaron una guerra civil subsidiaria en el sudeste asiático a la infructuosa guerra de Vietnam. Un movimiento de contracultural generalizado creció, impulsado por la oposición a la guerra, el nacionalismo negro y la revolución sexual. También surgió una nueva ola de movimientos feministas, liderados por Betty Friedan, Gloria Steinem y otras mujeres que buscaban la equidad política, social y económica.

En 1974, como resultado del escándalo Watergate, Nixon se convirtió en el primer presidente en renunciar, para evitar ser destituido por cargos como obstrucción a la justicia y abuso de poder; fue sucedido por el Vicepresidente Gerald Ford. La administración de Jimmy Carter en la década de 1970 estuvo marcada por la estanflación y la crisis de los rehenes en Irán. La elección de Ronald Reagan como presidente en 1980 anunció un cambio en la política estadounidense, que se reflejó en reformas importantes en los impuestos y gastos fiscales. Su segundo mandato trajo consigo el escándalo Irán-Contra y el significativo progreso diplomático con la Unión Soviética. El posterior colapso soviético terminó la Guerra Fría.

Época contemporánea

Bajo el mandato del presidente George H. W. Bush, el país tomó un papel de liderazgo en la controvertida guerra del Golfo. La expansión económica más larga en la historia moderna de Estados Unidos, desde marzo de 1991 hasta marzo de 2001, abarcó la administración de Bill Clinton y la burbuja punto com. Una demanda civil y un escándalo sexual llevó al impeachment de Clinton en 1998, aunque logró terminar su periodo. Las elecciones presidenciales de 2000, una de los más competidas en la historia estadounidense, fueron resueltas por una decisión de la Corte Suprema: George W. Bush, hijo de George H. W. Bush, se convirtió en el nuevo presidente.

El 11 de septiembre de 2001, los terroristas del grupo Al-Qaeda atacaron el World Trade Center de la ciudad de Nueva York y El Pentágono cerca de Washington D. C., en una serie de atentados que acabó con la vida de casi tres mil personas. En respuesta, la administración de Bush lanzó una "guerra contra el terrorismo". A finales de 2001, las fuerzas estadounidenses invadieron Afganistán, derrocaron al gobierno talibán y destruyeron los campos de entrenamiento de Al-Qaeda. Los insurgentes talibanes continúan luchando una guerra de guerrillas. En 2002, en medio de una polémica, la administración de Bush comenzó a presionar para que se llevara a cabo un cambio de régimen en Iraq. Con la falta de apoyo de la OTAN y sin un mandato explícito de la ONU para una intervención militar, Bush organizó la coalición de la voluntad; las fuerzas de la coalición rápidamente invadieron Iraq en 2003 y derrocaron al dictador Saddam Hussein. En 2005, el huracán Katrina, que terminaría siendo el desastre natural más caro en la historia nacional, causó una destrucción severa a lo largo de la costa del Golfo: la ciudad de Nueva Orleans quedó devastada. El 4 de noviembre de 2008, en medio de una recesión económica mundial, Barack Obama fue elegido presidente, el primer afroamericano en ocupar el cargo.


El World Trade Center en la mañana del 11 de septiembre del 2001
 
Bibliografía:

http://es.wikipedia.org/wiki/Estados_Unidos

Dahiana A. Rosales H.
CI. 19.359.141
CRF


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